Además, existía un problema añadido: las selecciones debían llevar un parche de la FIFA en la manga, así que la presencia de esta parte de la camiseta era obligatoria. Las supuestas ventajas, según Puma, era que al ser una sola pieza ceñida, se evitaban agarrones y se evitaba que los jugadores se quitaran la camiseta (!). Habla un experto en juancarlismo que prefiere no dar su nombre: «¿A qué jugábamos esos años? ¿No queríamos una monarquía que mostrara su grandeza en el extranjero? ¿No ansiábamos una escenografía como la británica? Pues ese cuento costaba dinero. Cuando se desveló que se pagaba en parte con dinero obtenido por Juan Carlos de aquella manera, la ensoñación se vino abajo».