20 minutos después, Uruguay empató por medio del genial Schiaffino. Este resultado le valía a Brasil, pero las 200.000 voces se acallaron cuando a 10 minutos del final, Alcides Ghiggia aprovechó un error del portero brasileño Barbosa y metió el 2-1, el resultado final que dejaba a Brasil sin Copa, a Uruguay campeona y a un país desolado, tanto que se produjeron numerosos suicidios de aficionados tras el partido.