Rafael Rodrigo, seleccionador nacional: «Esto nace de una promesa de un padre a un hijo y, a raíz de ahí, de que Álvaro juegue a fútbol sala desde los cinco años. Ha estado en los Mundiales de Canadá y vimos que todos los equipos tenían una selección de talla baja y nosotros no. Nada más llegar a España me puse manos a la obra y aquí estamos. Con ellos me lo paso muy bien, no vivimos de esto, tenemos nuestro trabajo y la pandemia fue muy cruel porque empezábamos a tener visibilidad. Cuando estás con ellos se pasa el tiempo volando».